En una entrevista a Javier Gosende que le hicimos hace algún tiempo, elaboramos una introducción que tenía que ver con el debate entre aquellos que dicen el SEO ha muerto y aquellos que sostienen lo contrario. Desde que Google ha empoderado sus algoritmos, muchos profesionales ligados al marketing online y desarrollo web han empezado a debatir sobre las intenciones de Google.
La verdad que tendríamos que ser un poco brujos para conocerlas en toda su dimensión. Lo único que nos queda, es ser muy observadores y tratar de analizar las consecuencias de cada ajuste de Google y las reacciones en la web.
Si echamos un vistazo hacia atrás encontraremos que Google ha estado yendo a la caza de sus propios vacíos. Es como si se hubiera quedado dormido en medio de una inundación y se hubiera despertado cuando el agua y el lodo le hubiera tocado el rostro. La cantidad de intercambios de links, la producción de blogs fantasmas, y el black hat en todo su esplendor, ha hecho que nazca dentro de todos nosotros un resentimiento hacia Google por habernos hecho más «difícil» el posicionarnos o mantener la que ya teníamos de forma natural.
Google ante muchos, tiene el papel del malo. Ha llegado a la fiesta de los blackhats y les ha reventado los globos. Cada vez es más difícil posicionar con malas prácticas. Eso es justo para aquellos que intentaban hacerlo limpiamente. Y sobre todo parece más justo para quienes buscan información de calidad y en la que se pueda confiar.
De modo que a los expertos en SEO serán muy útiles debido a que son ellos quienes siguen los cambios de estas prácticas que han exigido más naturalidad. El posicionarse para Google, es una consecuencia, mientras que para nosotros, es un conjunto de optimizaciones y estrategias. Mientras ocurre este enfrentamiento de posiciones, Google pone a disposición Adwords. Una guiñada de ojo a todos los que quieren resultados inmediatos. Pero quienes también están guiñándole el ojo a los desesperados que creen que internet es como hacer ventas de puerta en puerta y debe serlo a esa velocidad, son empresas que han salido ofreciendo como productos razonables, followers twitteros, «me gusta», fans, tráfico, suscripciones a youtube y todo aquello que se ve para muchos webmaster y bloggers como juguetes de lujo en un escaparate para un niño.
Esto hace pensar a muchos que el SEO está condenado a muerte. Afirman que lo único que se propone Google, es extender su máximo negocio que es la publicidad pagada y nos va a obligar a todos a que si queremos posicionamiento, le «compremos una campaña». Pero no seriamos tan entusiastas para suscribirnos a esa afirmación por dos razones:
La primera: Google necesita ofrecer mejores resultados. ¿Acaso no recordamos cuando buscábamos algo en internet y solo aparecía basura publicitaria? Nadie quiere un buscador que ofrezca resultados de mala calidad. Allí está el pilar de su negocio. Si no existiera ello, Adwords no tendría sentido. Google no podría ofrecer solo publicidad. Necesita demostrar que es un buscador de calidad en el que la gente que no le interesa comprar, sino buscar información (que ya sabemos son los llamados a convertirse en compradores de algo luego) puedan encontrarla.
La segunda: Es que la gente odia la publicidad. Y quizá la odie hoy más que nunca. Los anuncios en youtube, antes de ver un vídeo, tiene el 96% de rechazo según un reciente estudio de InsightOne, un auténtico absurdo para una red que es tan popular por los vídeos que a veces la gente ve a través suyo sus programas favoritos, solo para saltarse la publicidad en televisión. Esto nos lleva a suponer que el rechazar un directo ofrecimiento de venta es algo muy fuerte en nosotros. Cuando alguien busca información y encuentra esos anuncios de Google, varios internautas rechazan ese resultado, por venir de las publicidades pagadas de Google.
Adwords es para Google su oportunidad de negocio para quienes quiere resultados inmediatos y están dispuestos a pagar por ello. El SEO demanda hoy más transparencia y más creatividad aunque sea esta misma la que haya creado los blackhats y demás prácticas penalizadas hoy por Google.
¿A donde crees que apunta Google?
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