Aunque nos parezca ilógico, la toma de decisiones en el ser humano está basada en lo que dicte el cerebro emocional que hace que las personas decidan primero sobre la base de cómo se sienten y luego justifican esa decisión con una forma ponderación consciente de pros y contras.
Los vendedores inteligentes han aprendido que el establecimiento de una conexión emocional con sus visitantes y/o la creación de un fuerte sentimiento de deseo o dolor (u otra emoción) puede ser un arma poderosa en el arsenal de la conversión.
Lamentablemente, muchos vendedores todavía no entienden completamente cómo es que mucho sentimiento (y poca lógica) entra en la decisión de compra promedio. Como resultado, al crear sitios web que presentan razones de mucho peso, por las que un cliente debería elegir el producto, se preguntan por qué no logran el éxito que esperan. Sigue leyendo