Todos sabemos que un cliente tiene necesidades y que nuestra empresa está dirigida a cubrir una o varias de esas necesidades. Para saber qué necesita el cliente potencial hay que preguntarles qué desean, qué requieren, qué les hace falta o qué problemas tienen; es un camino hartamente conocido.
Una forma complementaria de conocer qué necesidades tienen los clientes potenciales es cambiar la dirección de las preguntas, es decir, hacer que los clientes pregunten. Descubrir qué preguntas tienen nos da una idea de aquello que les está interesando y rondando por su cabeza respecto al producto o servicio que la empresa ofrece. Sigue leyendo